El desconocimiento y la falta de preocupación son dos de los grandes enemigos de la seguridad laboral. Hoy vamos a centrarnos en los riesgos que entraña el uso de discos abrasivos. Un mal estado de la herramienta abrasiva, el montaje incorrecto de los discos en la máquina, una presión excesiva, trabajar con una velocidad superior a la indicada o un contacto accidental son solo algunas de las causas que pueden ocasionar un accidente laboral, cuyas consecuencias pueden ser fatales. La buena noticia es que se pueden prevenir y te contamos cómo:
1. Conoce bien el abrasivo: cada disco de corte y desbaste ha sido fabricado con distintas características que lo hacen indicado para determinadas aplicaciones y acabados. Por eso, es fundamental que el operario los conozca bien para elegir el más apropiado para la tarea que debe realizar.
Los discos Kronenflex® de Klingspor se clasifican en tres categorías según su calidad: extra, que destacan por su relación calidad/precio; supra, con una duración destacable y buenos resultados de corte, y special, desarrollados para las más altas exigencias y unas aplicaciones muy concretas, con una elevada durabilidad y un excelente rendimiento.
Además, un código de colores ayuda a identificar los usos recomendados: gris para el metal universal, azul para el acero inoxidable, plata para el aluminio, negro para el acero, rojo para la fundición y verde para piedra y hormigón.
Otro aspecto importante que se debe tener en cuenta a la hora de escoger un disco es la dureza: cuanto más dura sea la pieza que se va a mecanizar, más blando debería de ser el abrasivo utilizado.
2. Revisa el estado de los discos: antes de empezar a trabajar con ellos, es imprescindible comprobar que estén en óptimas condiciones. Un disco en buen estado:
- No presenta grietas ni roturas, que podrían ocasionar desequilibrios durante su puesta en funcionamiento.
- Está libre de humedad. Demasiado contenido de humedad puede provocar que el disco se hinche. Más adelante profundizaremos en este punto.
- Atiende a su fecha de caducidad o uso preferente.
3. Comprueba la seguridad del entorno:
- El área de trabajo debe permanecer limpia y libre de objetos que puedan entorpecer la actividad, ocasionar golpes o lesiones…
- Ojo con los productos inflamables: durante el uso de abrasivos se desprenden chispas por la fricción, por lo que es vital que permanezcan alejados de productos inflamables de uso habitual en talleres y carpinterías, como adhesivos, siliconas, aceites…
4. Asegúrate de colocarlos bien: los discos tienen que poder girar sin vibraciones o movimientos indeseados y deben encajar en el eje de la máquina sin necesidad de forzarlos. Asimismo, debemos cerciorarnos de que no haya partículas ni ningún tipo de resto en la base o la superficie del disco.
5. Sigue las indicaciones del fabricante durante su uso. Hay dos aspectos fundamentales que debemos tener en cuenta a la hora de trabajar con discos abrasivos: la velocidad de trabajo y el ángulo de inclinación.
Los valores de velocidad máxima permitidos se indican de forma clara en cada disco. Eso sí, esta debe ser la óptima, ya que, si es demasiado baja, se pueden desgastar los bordes de forma desigual.
En cuanto al ángulo, es importante que el disco se cargue siempre en ángulo recto con respecto a la pieza mecanizada. De esta forma, podremos evitar sobrecargas y roturas de las herramientas abrasivas, en especial cuando se trabaja con altas presiones de contacto.
6. Utiliza equipos de seguridad:
- Guantes de seguridad: dedos, manos y antebrazos son las zonas donde se produce mayor cantidad de accidentes laborales por esta causa.
- Protección ocular: el uso de gafas o máscaras de seguridad es necesario para asegurar una correcta protección de los ojos frente a posibles lesiones por desprendimiento de partículas.
- Ropa y calzado de seguridad: existen ropa y zapatos especialmente diseñados para este tipo de trabajos. El ajuste debe ser perfecto y evitar holguras en mangas, cordones sueltos en los zapatos… ¿El objetivo? Evitar que se pueden enganchar en la herramienta, con consecuencias potencialmente peligrosas.
- Protección auditiva: cascos o tapones para los oídos pueden protegernos del ruido ocasionado por esta actividad.
7. Almacena los discos correctamente para garantizar que se puedan utilizar sin daños ni pérdidas de rendimiento. Aunque hay que estar muy atento a su fecha de caducidad o uso preferente, la duración de los discos se puede prolongar si seguimos una serie de recomendaciones:
- La temperatura de almacenamiento correcta está entre los 18 y los 22ºC.
- La humedad relativa aconsejada debe oscilar entre los 45 y los 65 ºC. Se deberá evitar la humedad directa, así como exponer los discos al agua o vapor de agua. Si la humedad ambiental es demasiado alta, el soporte la absorbe y se expande, lo que provoca que el disco de fibra quede abombado hacia el lado del grano, pudiendo ocasionar errores de lijado. Eso sí, tampoco conviene que la humedad sea demasiado baja, ya que, en estos casos, la muela abrasiva se encoge y queda abombada hacia el lado del soporte. ¿Las consecuencias? El abrasivo se seca y se vuelve quebradizo.
- Evita la radiación solar directa, que también puede provocar sequedad y roturas.
- Consérvalos en su embalaje original hasta su uso. Si eso no es posible, los abrasivos deberán almacenarse de manera que se eviten deformaciones. Las bandas se deben colgar antes de usarlas sobre casquillos o pescantes.
Recuerda que la etiqueta del disco contiene toda la información relativa al producto, fabricante y uso correcto de la herramienta. Si sigues teniendo dudas, estamos aquí para ayudarte.